Summary: CASTIGO A LA IDOLATRÍA. OSEAS 2:2 … ahora, presenten cargos contra su madre Israel, porque ya no es mi esposa, ni yo soy su esposo. Díganle que se quite del rostro el maquillaje de prostituta y la ropa que muestra sus pechos. 3 De lo contrario, la desnudaré por completo, como estaba el día en que nació… 8 Ella no se da cuenta de que fui yo quien le dio todo lo que tiene: grano, vino nuevo y aceite de oliva; hasta le di plata y oro. Pero ella le ofreció todos mis regalos a Baal. 13 La castigaré por todas las ocasiones en que quemaba incienso a las imágenes de Baal, cuando se ponía aretes y joyas y salía a buscar a sus amantes, olvidándose de mí por completo dice el SEÑOR. NTV. Al momento de que el hombre alcanza una gran prosperidad financiera, se jacta de que esa prosperidad la obtuvo gracias a su arduo esfuerzo y trabajo. Con la jactancia albergada en su corazón, no se da cuenta de que todo lo que alcanzó es gracias a la generosidad del eterno Creador. O si se da cuenta, simplemente no quiere compartir el crédito de lo alcanzado con Dios, y por eso no le da crédito de nada, en su lugar prefiere pensar que su prosperidad es solamente gracias al fruto de su esfuerzo y trabajo, por eso se alaba, se glorifica, y se rinde adoración a sí mismo. Algo similar sucedió con el pueblo hebreo en el pasado, ellos tampoco alabaron y glorificaron a Dios por la prosperidad que había alcanzado la nación, en su lugar atribuyeron esa prosperidad a los dioses de las naciones paganas por lo cual rindieron culto y adoración a ellos. Desde el momento que fue rescatado Israel de la esclavitud en Egipto, el pueblo hebreo pasó a ser propiedad exclusiva del eterno creador. Por eso, sustentó cada una de las necesidades de su pueblo, como un marido sustenta todas las necesidades de su esposa. Dios le dio a Israel: viñedos, plantaciones de productos agrícolas, le proveyó de diferentes tipos de ganados; le dio joyas, y toda clase de piedras preciosas, también le dio oro y plata. Así mismo le dio muchas vestimentas lujosas. Bajo el cuidado y la protección de Dios, a Israel no le faltó nada, por eso alcanzó una gran prosperidad. Pero pese a todo eso, Israel no amó profundamente a Dios, en su lugar fue en busca de dioses de las naciones paganas a quienes rendirles adoración, como una esposa va en busca de un amante para entregarle sus abrazos, besos y caricias. En esa búsqueda de otros dioses para rendirles culto y adoración, la nación ofendió a Dios, y más aún, cuando ofrecieron sacrificios a esos dioses con las mismas bendiciones que habían recibido de las manos generosas de Dios. Por esa traición, Dios dijo al profeta Oseas que Israel había dejado de ser su pueblo y que Él había dejado de ser su Dios. El Creador pidió al profeta que denunciara la idolatría de su pueblo, y lo llevara al arrepentimiento, pues sino se apartaba de la idolatría y el pecado, Él retiraría su cuidado, protección y provisión que había mantenido por muchos años sobre la nación, y no solo eso, sino que lo castigaría por cada uno de sus pecados de idolatría y lo dejaría completamente a merced de las naciones enemigas. A la mayoría de las personas, se nos hace fácil criticar el comportamiento de otras personas, pero sin analizar nuestro propio comportamiento. Los cristianos de hoy nos alarmamos del mal comportamiento que mostró la nación hebrea con Dios, pero si analizamos el tiempo de vida que llevamos como creyentes: ¿Cuántas veces nos hemos comportado como Israel?, ¿Cuántas veces le hemos sido infiel a Dios? Al igual que a la nación hebrea; Dios nos ha bendecido en gran manera, por eso, alimento, abrigo, salud y trabajo no nos ha faltado. Dios Siempre se ha mostrado generoso con nosotros y por eso nos ha provisto de todo lo que hemos necesitado. Queridos hermanos. Israel adulteró al ir en busca de otros dioses para rendirles culto y adoración, nosotros adulteramos cuando no le damos el primer lugar que Él se merece en nuestro corazón, y preferimos dar ese lugar a nuestros --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/jesus-is-life1/message
