MALAQUÍAS 3. EL SERVICIO A DIOS NO ES EN VANO




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Summary: EL SERVICIO A DIOS NO ES EN VANO MALAQUÍAS 3:14 Ustedes han dicho: “¿De qué vale servir a Dios? ¿Qué hemos ganado con obedecer sus mandamientos o demostrarle ... que nos sentimos apenados por nuestros pecados? 15 … Pues los que hacen maldad se enriquecen y los que desafían a Dios a que los castigue no sufren ningún daño”. 16 Entonces los que temían al SEÑOR hablaron entre sí y el SEÑOR escuchó lo que dijeron. En la presencia de él, escribieron un rollo de memorias para registrar los nombres de los que temían al SEÑOR y que siempre pensaban en el honor de su nombre. 17 Ellos serán mi pueblo dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales. El día en que yo venga para juzgar, serán mi tesoro especial… 18 Entonces de nuevo podrán ver la diferencia entre los justos y los perversos, entre los que sirven a Dios y los que no lo hacen. NTV. El servicio a Dios es un gran privilegio, pero en ocasiones pareciese que Dios es algo ingrato con sus siervos, ya que en vez de prosperarlos y darles una vida tranquila para que sigan adelante con sus servicios y ministerios, les envía pruebas, o permite que las adversidades lleguen a sus vidas. Bajo esta perspectiva, algunos siervos y líderes cristianos sienten que no vale nada dedicar gran parte de su tiempo al ministerio y a la iglesia. Incluso algunos cristianos llegan a sentir que no les valió de nada el haber aceptado a Cristo como su Señor y Salvador, ya que en vez de disfrutar de sus bendiciones, tienen que pasar penurias y duras adversidades. Este sentir es más fuerte cuando ven que las personas malvadas e inconversas disfrutan de bienestar económico, así mismo al ver que no sufren ninguna clase de adversidades, ni reciben su merecido por la vida pecaminosa que llevan. Este sentir de algunos siervos de Dios no es nada nuevo, ya que en el pasado, algunos miembros de la tribu de Leví que estaban al servicio de Dios en el templo de Jerusalén, sintieron algo similar, y con este sentir, dejaron de servir fielmente al Señor de los Ejércitos Celestiales. Una vez que el templo de Jerusalén fue reconstruido tras el cautiverio en Babilonia, El servicio a Dios en el templo se restauró. Razón por la cual, tanto los sacerdotes, los ayudantes de los sacerdotes, los salmistas, los guardias y porteros volvieron a cumplir sus funciones delegadas por Dios en el pasado. Pero este servicio a Dios no perduró por mucho tiempo, ya que ellos vieron que su servicio a Dios no les traía réditos, en su lugar pasaban necesidades, ya que el resto de sus compatriotas se habían vuelto a rebelar contra Dios y dejaron de llevar sus diezmos y ofrendas al templo. Sus compatriotas pese a su rebeldía eran prosperados, y Dios no les enviaba ningún castigo para corregirlos. Todo esto hizo que sintieran que su servicio en el templo y seguir a Dios fielmente cumpliendo sus leyes y mandamientos no servía de nada. Pero este sentir no era de todos los levitas, pues había un grupo reducido que anhelaban seguir sirviendo a Dios, así mismo, había también un puñado de judíos que no se rebelaron al igual que sus compatriotas y prefirieron seguir fielmente honrando a Dios con todo su corazón. A este grupo reducido de fieles judíos, Dios les trasmitió una promesa por medio de una visión que le dio al profeta Malaquías. Dios les prometió que su fidelidad no iba a pasar desapercibido, ya que sus nombres estarían escritos en el rollo de memorias, y cuando Él regresara a juzgar a todas las naciones por sus rebeliones y pecados, ellos no sufrirían ningún mal, pues Él los protegería, ya que serían su más valioso tesoro y su pueblo amado. Pero los que no se encuentren inscritos en el rollo de memorias serían juzgados con severidad, y entonces de nuevo podrían ver la diferencia entre los justos y los perversos, entre los que sirven a Dios y los que no lo hacen. Dios les prometió que en su regreso restablecería la aparente injusticia. --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/jesus-is-life1/message