EZEQUIEL 11. DIOS QUEBRANTA Y RESTAURA AL HOMBRE.




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Summary: DIOS QUEBRANTA Y RESTAURA AL HOMBRE. EZEQUIEL 11:14 Luego recibí este mensaje del SEÑOR: 16 … diles a los desterrados: “Esto dice el SEÑOR Soberano: ‘A pesar de que los esparcí por los países del mundo, yo seré un santuario para ustedes durante su tiempo en el destierro. 17 Yo, el SEÑOR Soberano, los reuniré de entre las naciones adonde fueron esparcidos y les daré una vez más el territorio de Israel’”. 19 Les daré integridad de corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Les quitaré su terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo, 20 para que obedezcan mis decretos y ordenanzas. Entonces, verdaderamente serán mi pueblo y yo seré su Dios. NTV. En mi vida de adolescencia, conocí a un joven que era rebelde, había sido expulsado de 3 colegios por su mala actitud y comportamiento, a él no le gustaba ningún tipo de autoridad. Él se mostraba rebelde en todo lugar, sea en la calle, colegio o en su hogar. Los padres no sabían qué hacer con él. Algunos vecinos de este joven, habían aconsejado a los padres del joven, para que lo boten de la casa. Pero los padres nunca escucharon los consejos de estos vecinos, porque el amor de los padres sobrepasaba la rebeldía de su hijo. Una cierta tarde, cuando paseaba en su patineta por la calle, un carro le envistió, y le ocasionó graves fracturas en las piernas, por lo cual estuvo en cama por más de 9 meses, en los cuales sus padres nunca se apartaron de su lado, le dieron toda la atención que necesitaba para recuperarse. Con las rehabilitaciones, el volvió a caminar. Después de todo lo que pasó, se dio cuenta de que la rebeldía no lleva a algo bueno, sino solo a la desgracia. Con esta reflexión, pronto su relación con sus padres y las personas que le rodeaban cambió drásticamente. Empezó a aceptar los consejos de los de más y empezó a respetar la autoridad. El accidente cambió por completo la vida de este joven. Muchas personas para cambiar su rebeldía necesitan pasar por una diciplina severa, y esto ocurrió con el pueblo de Israel. Ellos antes de ser disciplinados por el Señor, fueron rebeldes y desobedientes a las palabras de advertencias de los mensajeros de Dios. Debido a esta rebeldía, sufrieron una severa diciplina. Ellos fueron llevados cautivos a Babilonia después de presenciar la destrucción de su amada nación, y no solo eso, sino que también tuvieron que presenciar la muerte de sus compatriotas. Además, tuvieron que llorar amargamente por el abandono de Dios a su nación. Con esta severa diciplina, Dios les dio una lección para que se arrepintieran de sus pecados y vuelvan su mirada al Dios todo poderoso. Pero Dios en su amor y misericordia, no abandonó a Israel a su suerte en el destierro, sino que permaneció junto a ellos como un padre amoroso. En medio del dolor y la angustia de su pueblo amado, Dios les prometió por medio del profeta Ezequiel, que Él volvería a reunir a todo Israel de todos los lugares a donde les había dispersado, que restauraría por completo la nación, y que cambiaría sus corazones de piedra en corazones de carne para que guarden sus leyes y mandamientos. El Señor les prometió que Él volvería a ser su Dios y ellos serían su pueblo por la eternidad. Dios disciplina a sus hijos cuando se apartan de sus caminos, pero esa disciplina no es eterna, pues Dios en su gran misericordia se conmueve del sufrimiento de sus hijos y vuelve una vez más su mirada a sus hijos rebeldes para restaurar sus vidas. Esta restauración solo se da cuando la persona conscientemente se arrepiente de sus malos caminos y vuelve su mirada al Dios de la creación. Cuando eso sucede, Dios nuevamente acoge en su regazo a sus hijos rebeldes, les limpia de todos sus pecados, renueva sus mentes y corazones. Dios nuevamente se convierte en su Dios protector eternamente. --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/jesus-is-life1/message