Summary: AMAR LA PRESENCIA DE DIOS SALMOS 26:2 Ponme a prueba, SEÑOR, e interrógame; examina mis intenciones y mi corazón. 3 Pues siempre estoy consciente de tu amor inagotable, y he vivido de acuerdo con tu verdad. 4 No paso tiempo con mentirosos ni ando con hipócritas. 5 Detesto las reuniones de los que hacen el mal y me niego a juntarme con los perversos. 6 … Vengo ante tu altar, oh SEÑOR, 7 entonando un cántico de gratitud, y contando de todas tus maravillas. 8 Amo tu santuario, SEÑOR, el lugar donde habita tu gloriosa presencia. NTV. Mantener una vida social es importante entre las personas, por eso, para mantener esa vida social, realizan reuniones entre amigos, familiares y vecinos. Con regularidad, de esta clase de reuniones participan en su gran mayoría personas que no conocen a Cristo Jesús, ya que en esas fiestas suelen complacer los deseos de la carne, las cuales son opuestas a la voluntad del eterno Creador. Algunas personas que han entregado sus vidas a Cristo, asisten con normalidad a estas fiestas, y muchas veces participan de la misma maldad que practican los inconversos que no han entregado sus vidas a Dios. David en su oración al eterno Creador, pidió que le escudriñara su vida, que examinara lo más íntimo de su corazón y viera sus intenciones. David al pedir esto a Dios, estaba seguro que en su corazón no había deseos de cometer maldad, ni de quebrantar las leyes que el Señor había entregado a Moisés en el monte Sinaí. Por lo general, las personas en su corazón albergan deseos de hacer maldad, deseos de desobedecer a Dios y comportarse bajo los deseos inescrupulosos de su naturaleza carnal. Pero David había superado esos deseos carnales porque su vida la había entregado a Dios. David con su vida consagrada a Dios y a la obediencia de sus mandamientos, estaba consciente de su amor inagotable, por eso, no pasó tiempo con las personas que no compartían su amor y devoción por su Creador. David detestaba participar de las reuniones sociales que hacían las personas perversas, detestaba pasar tiempo con los mentirosos e hipócritas. Una persona que se ha consagrado a Dios, no se deleita de participar de las maldades de los pecadores. Apartarse de las personas perversas, en si no implica que los creyentes deben aislarse de los inconversos. Implica que hay algunos lugares que los cristianos deben evitar, Jesús demostró que sus seguidores deben andar entre los que no son creyentes para ayudarlos. Pero existe una diferencia entre estar con ellos y ser uno de ellos. Tratar de ser uno de ellos daña el testimonio trasformador de Cristo. David no encontraba su deleite en las reuniones sociales, más bien encontraba su deleite al presentarse en la casa del eterno Creador. David se regocijaba en entonar cánticos de gratitud con todo su corazón, en su cántico contaba todas las maravillas que su Señor había hecho en su vida y en la vida de su pueblo. David amaba estar en el santuario provisional que había construido al Señor, allí encontraba la gloriosa presencia de su amado Creador. Para David, adorar a Dios, no era un ritual monótono o aburrido que había que aguantar sin quejas. Él realmente amaba la casa del Señor, donde la nube de gloria simbolizaba la presencia de Dios mismo. Queridos hermanos, David amaba estar en la presencia de Dios, que participar de las reuniones sociales con las personas perversas y pecadoras. Él amaba a Dios porque su vida estaba totalmente consagrada a Él. No le parecía aburrido pasar su tiempo en el santuario de Dios, alabando y glorificando el nombre de su amado Creador, con cánticos de gloria y gratitud. Hermanos, al igual que David, debemos amar estar en la casa de Dios, honrando y glorificando su Santo Nombre, antes que participar de las reuniones sociales con personas que aborrecen a Dios. No veamos como una carga asistir a la iglesia, más bien veamos como un privilegio, el poder participar del culto de adoración a nuestro amado Dios. --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/jesus-is-life1/message
