Summary: QUEBRANTO Y HUMILLACIÓN. 2 CRÓNICAS 34:26 Vayan a ver al rey de Judá… y díganle: “Esto dice el SEÑOR, Dios de Israel, acerca del mensaje que acabas de escuchar: 27 ‘Estabas apenado y te humillaste ante Dios al oír las palabras que él pronunció contra la ciudad y sus habitantes. Te humillaste, rasgaste tu ropa en señal de desesperación y lloraste delante de mí, arrepentido. Ciertamente te escuché, dice el SEÑOR. 28 Por eso, no enviaré el desastre que he prometido hasta después de que hayas muerto y seas enterrado en paz. Tú mismo no llegarás a ver la calamidad que traeré sobre esta ciudad y sus habitantes” … NTV. Durante el gobierno de los reyes perversos en el reino del sur, el libro de la ley dada por el eterno Creador a su pueblo se había extraviado. Una copia del libro de la Ley del Señor, fue encontrado durante el reinado de Josías por el sacerdote Hilcías, cuando se realizaba la restauración del templo de Jerusalén. Este descubrimiento fue comunicado sin pérdida de tiempo al rey por el escriba Safán, quien le leyó el libro. Al escuchar lo que estaba escrito en la ley, el monarca judío rasgó su ropa en señal de desesperación y angustia, porque su pueblo no estaba viviendo en sujeción a las leyes del eterno Creador. Es inherente a la naturaleza humana el tomar el pecado a la ligera: dar excusas, culpar a alguien más, o minimizar el daño hecho. No fue así con Josías. Pues el monarca estaba tan consternado por el rechazo del pueblo hacia la Ley que desgarró su ropa para expresar su dolor. La verdadera comprensión del pecado debe llevar a las personas a un arrepentimiento sincero, y ayudar a producir arrepentimiento para el perdón de los pecados y la salvación. Dios no toma el pecado a la ligera, pues es algo que está en contra de su naturaleza divina, y buscará a su tiempo hacer su justicia para castigar el pecado. Josías consternado por el juicio eminente contra su reino, mandó a consultar a Hulda la profetisa, para ver si quedaba opción de misericordia para que su reino no sea objeto de la ira de Dios. Las palabras de la profetisa no hicieron más que confirmar que el juicio del eterno Creador se acercaba. Sin embargo, Josías sería librado de ver el día del mal de Judá porque su corazón se conmovió, se humilló y creyó la Palabra del Señor. La piedad del monarca no podía alterar el propósito determinado del Señor para el reino judío, pues el Señor estaba determinado a traer el mal sobre este lugar y sobre sus habitantes, es decir, todas las maldiciones que están escritas en el libro que leyeron delante del rey de Judá. El eterno Creador se conmovió por la humillación sincera del monarca judío, por eso, la sentencia de juicio contra su reino no se iba a ejecutar mientras que Josías viviera; esta fue la esencia del mensaje del Señor para el rey de Judá a través de la profetisa. Dios no se había olvidado de los suyos, como su pueblo se había olvidado de él. El Señor siempre escuchará los lamentos y las lágrimas del pecador penitente. El rey Josías no sería testigo de la destrucción de su reino ni vería el Templo devastado. A pesar de la misericordia de Dios por el mundo, muchas personas no aceptan esa misericordia y siguen caminando directo a la condenación y al castigo eterno. Queridos hermanos, Josías al escuchar las leyes del eterno Creador, se angustió profundamente y rasgó sus vestiduras en señal de humillación ante el eterno Creador. Reconoció en su corazón que él y el pueblo habían fallado en cumplir el pacto que sus padres habían hecho con Dios. Gracias a ese quebranto sincero de corazón escaparía del juicio eminente sobre su reino. Dios vio el corazón humillado de Josías y le libró de presenciar la destrucción de su reino. Hermanos, el juicio de Dios es eminente sobre el pecado. ¿Si en algún momento usted se desvió del camino de la salvación y la vida eterna?. Usted todavía puede recibir el perdón de Dios, arrepiéntase y confiese sus pecados a Cristo Jesús, libérese de ser parte de la ira de Dios sobre el pecado. --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/jesus-is-life1/message
