Artisteando: Un poco de poesía desde Cómplices Librería.

Summary: Hoy Helle, nos recomienda tres libros de poesía. Txus García: Poesía para niñas bien. «Todo lo que sabía de ella no era sufieciente, hasta que me pasó sus poemas y comencé a saciar mi hambre con sus letras. Descubrí en ellos las muchas maneras que tenía de ser pasajera de sí misma. Descubrí una mujer que podía ser también hombre, que podía serlo y que lo era, como lo fue Virginia Woolf en Orlando, tan fácil, sin reconstrucción quirúrgica, siendo ella misma; como Marlene Dietrich en Morocco, sin perder su vagina y sus ovarios. Descubrí que quería ser camionero y amar a todas las mujeres.» Agustín Calvo Galán Ilustraciones de Cisco Bellabestia. Prólogo Agustín Calvo Galán. María Castrejón:Volveré mucho más tarde de las doce. «La urgencia de hacer visible tanta violencia se metaforiza en el cuerpo y este asume la voz de alguien que pasa de ser niña a esposa, amante a amada, intercambiándose insumisa en un sinfín de perspectivas situadas entre la biografía ficticia y la reivindicación política. Una voz que irrumpe en una tambaleante identidad que quiere ser y estar, pero que debe asumir lo que le toca. La ficción, en estos textos, es discursiva y entra como un trago de ron sin hielo para diluirlo.» Concha García «Una píldora de feminismo (que no de litio) para mitigar tanta desolación. Una posibilidad conquistada para transitar, de esa cocina que ya no será más cementerio, a los bares que nunca cierran, a los acantilados que no engullen para siempre, a las camas que no saben ni desean paralizar. Con el mismo dolor que sangra a veces, con parecido extrañamiento respecto al mundo, con ese anhelo de evaporarse como un dulce gas y desertar de las cosas,… pero ya sin derrota.» Itziar Ziga Alícia García Núñez: Sombras Cuarteadas. Segundo poemario de esta joven poeta ilicitana. Poemario osado, temerario, abierto. El yo poético que cruza el volumen aprende y desaprende sus límites jugando con las sombras de la memoria. Hace de las cicatrices, el texto. Prólogo: Meri Torras Ilustraciones: David Gil «Muerte y vida se dan la mano en este poemario; vivimos como si fuéramos inmortales porque sabemos que nos tenemos que morir. Alguien dijo que la vida eterna sería insoportable y probablemente sea cierto, o soportablemente incierto, como lo es una sombra blanca.» Meri Torras