Desconocidas y Fascinantes: Soeur Sourire con Virginia Garzón.




InOutradio, la radio lésbica show

Summary: Soeur Sourire, una mujer estrellada con Virginia Garzón. Jeannine Deckers nació en Bruselas, Bélgica, en 1933. Sus padres regentaban una panadería próspera en el mismo centro de la capital. Tuvo una infancia y adolescencia grises, según sus propias palabras. De carácter taciturno y aspecto robusto, recibió a los quince años el apodo de osezno concentrado. Su sueño era ser misionera en África. A los veintiséis años, y con ocasión de unas colonias de verano en las que Jeannine era monitora, conoció a Annie Pécher, once años más joven y con quien empezaría una larga amistad. Pasado el verano, decidió consagrarse a la vida religiosa. Seducida por la figura de San Benedicto, del que admiraba su alegría, simplicidad y gusto por la verdad, ingresó en el convento de las monjas dominicas de Fichermont, en Waterloo, convirtiéndose en la hermana Luc-Gabriel. Años más tarde confesaría en su diario íntimo que la decisión de entrar en el convento se debió a la voluntad de valorarse, de huir del autoritarismo de su madre y de vivir en un entorno en el que ésta no pudiera ni alcanzarla ni superarla. La relación con su madre la marcó de por vida. También en su diario llegó a confesar “Quiero matar a mi madre; quiero cortar para siempre el cordón umbilical”. Refugiada en el convento, sus compañeras enseguida le cogieron cariño por sus composiciones musicales. Su superiora, consciente de que tenía un diamante en bruto en su congregación, le propuso grabar un disco y negoció un contrato con la discográfica Philips. Para que la monja cantante conservara la humildad, se acordó que en el disco no apareciera ni su nombre ni fotos suyas, sino sólo un seudónimo, Soeur Sourire (Sor Sonrisa), el cual la cantante encontraba estúpido. De hecho, las novicias pronto se lo cambiaron por Soeur Fou-Rire (Sor ataque de risa) porque consideraban que era más acorde con la realidad. En cuanto a los derechos de autoría, y en virtud de los votos de pobreza y de obediencia, los cedió al convento. Con el disco obtuvo un éxito arrollador a nivel mundial gracias, sobre todo, a la canción Dominique, dedicada al santo fundador de la orden. En Estados Unidos llegó a mantenerse en el puesto número uno durante todo el mes de diciembre, pasando incluso por delante de Elvis Presley y de los Beatles. En quince días, vendió un millón de copias y en 1964 ganó un Grammy en la categoría Mejor Gospel u otra canción religiosa. Más tarde, se editó en alemán, griego, japonés, coreano, neerlandés y se versionó al jazz. Sin embargo, nuestra protagonista no tenía ni idea del fenómeno musical en el que se había convertido: sus superioras se lo habían ocultado a conciencia. Afortunadamente su anonimato despertó la curiosidad de la prensa y, tras muchas conjeturas, el famosísimo presentador norteamericano Ed Sullivan, ávido por conocer la identidad real de la cantante, se presentó en el convento de Fichermont para entrevistarla. Fue entonces cuando Jeannine descubrió todo lo que ocurría. Poco después empezó a cuestionarse el sentido de la vida monástica: “Estoy harta, harta, harta. Estoy harta de estudiar textos, de comprender ideas, de retener conceptos, tesis, hipótesis, antítesis y síntesis. ¡Estoy harta de dogmas y de análisis!”  Y así, en julio de 1966, dejó los hábitos. Antes de marcharse, firmó varios documentos con el abogado del convento según los cuales él se encargaría de gestionar sus asuntos e intereses financieros. También rescindió el contrato con Philips como Soeur Sourire, renunciando al uso de dicho seudónimo, incluso en otros idiomas. Utilizó entonces el nombre de Luc Dominique, con el que firmó otro contrato con Philips y publicó un segundo disco. Pasó entonces a vivir junto a su amiga Annie, con quien compartía su fe, una vida de monja laica fuera de los muros del convento. Tras varias peticiones a las autoridades eclesiásticas en Roma por parte de las dos, se celebró una ceremonia en la que ambas se comprometieron como hermanas laicas, lo que implicaba una vida de [...]