Tírate a la Filosofía: Al-Andalus, con Carrie Romero y Crittie Ciruelos.




InOutradio, la radio lésbica show

Summary: Foto: Carrie, Crittie y Virginia del Pino. (olé) Síguenos en facebook!!! Tírate a la Filosfía:  AL-ANDALUS con Carrie Romero y Critti Ciruelos. –¿CÓMO HAN IDO LAS NAVIDADES? –¡Mira tú qué casualidad que las dos nos hemos ido a al-Andalus  –Tú a los alrededores del reino nazarí de Granada y yo más al sur, hacia la Ysbilia de los almohades y el Cádiz de las Cortes de 1812 que terminaron con el feudalismo en estas tierras. Lástima que el pueblo gritó ¡Viva las caenas! ¿Qué te parece Carrie si hacemos un programa sobre las Cortes Gaditanas? – Me parece muy bien, así podemos gritar primero el ¡Viva la Pepa! Y hablamos de la primera constitución que hubo en España y una de las más liberales de su tiempo…lástima que nos dé miedo la libertad, aunque esto también nos muestra que sí es posible cambiar una Constitución, que no es una cosa eterna! –¿QUÉ HABEIS HECHO POR AL-ANDAUS? – Yo me he ido al pueblo de mis padres. No es que me guste mucho ir por allí, la verdad, pero este año he ido a hacer algo diferente, me he ido a la recogida de la aceituna. –Yo, comer aceitunas de manzanilla y perderme por las calles. Sevilla no la conocía. Es una hermosura de ciudad. Cádiz ya la había visitado varias veces, pero nunca en invierno. En cuanto encuentre una posibilidad de irme allí, me instalo. Entre la Bahía y el Atlántico, entre el cielo y la escasa tierra, rodeada de agua: el lugar ideal para seres de voluntad acuática como yo. – Yo estaba en la montaña, en la Sierra de Castril. El pueblo de Castril fue frontera entre el reino nazarí y la corona de Castilla, lugar importante por su labor de vigilancia y defensa de los pasos que a través de la sierra comunicaban tierras cristianas y musulmanas –¡CONTADNOS COSAS! ¿CÓMO ES ESO DE LA RECOGIDA DE LA ACEITUNA? – Ha sido todo un descubrimiento. En medio del campo, sólo ves olivos a tu alrededor, olivos y cielo azul. Y las ramas llenas de unas bolitas negras preciosas, brillantes, como tesoros. Después nos metemos debajo del árbol, empezamos a menear las ramas, a varear y no de cualquier manera, sino dándole de forma  que no le hagas daño al árbol, para que en la próxima Primavera aparezca la flor que será la futura aceituna. Así de árbol en árbol –Fíjate cómo la gente de campo cuida con sentido la naturaleza. Anda, que vayan los ecologistas urbanitas a darles lecciones! –Desde lejos era precioso, veías saltar las aceitunas, esas bolitas negras que te estaba regalando el árbol. Recoges el fardo, que has ido cambiando de olivo a olivo…y lo vacías en un remolque, hasta que se llena y te lo llevas a la cooperativa. –Cooperativas! Cooperativas! Fuera intermediarios que se quedan con la mayor parte de la ganancia y nos suben los precios. ¡Asociémonos en cooperativas! –Lo mejor, el olor, el olor de los kilos de aceitunas. Y en medio, paramos a almorzar, con la bota de vino, un trozo de pan, chorizo y las risas…me ha dado pena volver, la verdad. –¿Son tus tierras o has ido de peona? ¿Necesitabas la extra de navidad? –Todavía son de mi padre –Nena, eres latifundista. ¡Cásate conmigo! –¿Y A TI POR SEVILLA? –Yo me he pasado medio viaje cantando a Lole y Manuel. Llego a SEVILLA. En la estación de Santa Justa –que ya sabéis que yo en cuanto puedo viajo en tren (es importante para darme cuenta de la finitud del mundo, de lo arbitrario de las fronteras, de la hermandad y la diferencia humana). Total que cojo el mapa. El hotel está al lado del GUADALQUIVIR. Me acuerdo de la canción de El río de mi Sevilla. Anda mira a ver si la encuentras Satchi. –MU flamenca vienes tú… Y eso que ya han pasado unos días, tenías que haberla escuchado nada más volver… uff… –El Guadalquivir, el nombre que le dieron los árabes (los romanos lo llamaron Betis) fue la puerta de entrada por donde penetraron las grandes civilizaciones orientales en busca de metales y del mercado[...]